Parábola de Malí

 

Los hombres son, unos con relación a otros, comparables a muros situados frente a frente. En cada muro hay una multitud de hoyitos donde anidan pájaros blancos y pájaros negros. Los pájaros negros, son los malos pensamientos y las malas palabras. Los pájaros blancos, son los buenos pensamientos y las buenas palabras. Los pájaros blancos, debido a su forma, sólo pueden anidar en los hoyos de los pájaros negros.

Ahora, imaginemos a dos hombres que se creen enemigos. Los llamaremos Yusuf y Alí. Un día, Yusuf, persuadido de que Alí le tiene manía, se siente encolerizado con él y le manda un pensamiento muy malo. Al hacerlo, suelta un pájaro negro y, al instante, libera el hueco correspondiente. Su pájaro negro, vuela hacia Alí y busca para anidar, un hoyo vacío adaptado a su forma.

Si, por su lado, Alí no ha enviado un pájaro negro hacia Yusuf, es decir, no ha emitido ningún mal pensamiento, ninguno de sus hoyos negros quedará vacío. Al no encontrar alojamiento, el pájaro negro de Yusuf se verá obligado a volver a su nido original, llevando con él el mal de que estaba cargado, mal que terminará por roer y destruir al mismo Yusuf.

Pero imaginemos que Alí, también, emitió un mal pensamiento. Al hacerlo liberó un hoyo donde el pájaro negro de Yusuf podrá entrar a fin de depositar ahí una parte de su mal y realizar su misión de destrucción. Mientras tanto, el pájaro negro de Alí volará hacia Yusuf y se alojará en el hoyo liberado por el pájaro negro de éste último. Así, los dos pájaros negros habrán logrado su objetivo y trabajarán para destruir el hombre al que estaban destinados. Pero una vez terminada su tarea, cada uno volverá a su nido de origen, porque esta dicho: " Toda cosa vuelve a su fuente". Como el mal del que estaban cargados no se había acabado, se volverá contra sus autores y acabará por destruirlos.

El autor de un mal pensamiento, de un mal deseo o de una maldición es alcanzado al mismo tiempo por el pájaro negro de su enemigo y por el propio cuando éste regresa hacia él.

Lo mismo ocurre con los pájaros blancos. Si sólo emitimos buenos pensamientos hacia nuestro enemigo, mientras que él solamente nos envía malos pensamientos, sus pájaros negros no encontrarán lugar donde alojarse en nuestra casa y regresarán al remitente.

En cuanto a los pájaros blancos portadores de buenos pensamientos que nosotros les enviamos, si no se encuentran ningún lugar libre donde nuestro enemigo, volverán a nosotros cargados con toda la energía benéfica de la que eran portadores.

Por eso, si sólo emitimos buenos pensamientos, ningún mal, ninguna maldición podrá alcanzarnos en nuestro ser.

Por este motivo hay que bendecir siempre a los amigos y a los enemigos. La bendición no solamente va hacia su objetivo para cumplir su misión apaciguadora, sino que vuelve a nosotros, un día u otro, con todo el bien de que estaba cargada.

 

( Extracto de la vida y de las enseńanzas de Tierno Bokar)