PALESTINA CONFIA EN ABU MAZEN PAR ALCANZAR LA PAZ
Abu Mazen expresó su determinación de poner fin al sufrimiento del pueblo palestino: "Presento esta victoria al alma de Yasir Arafat, a nuestro pueblo, a nuestros mártires y a los 11.000 prisioneros" palestinos en cárceles israelíes".


Mahmud Abbas obtuvo, según los sondeos, el 70% de los sufragios frente al 20% de Barguti.

Cientos de militantes de Al Fatah han salido a las calles de Cisjordania y Gaza para festejar la victoria de su nuevo líder. Ante ellos, Abu Mazen expresó su determinación de "poner fin al sufrimiento del pueblo palestino".

Abbas ha prometido reformar la Autoridad Palestina, reorganizar los servicios de seguridad palestinos y reanudar rápidamente las negociaciones con Israel, estancadas durante cuatro años.

"Tenemos por delante una misión difícil para formar nuestro Estado, para lograr seguridad para nuestro pueblo... para darle libertad a los prisioneros, una vida digna para nuestros fugitivos, para alcanzar nuestra meta de tener un Estado independiente", declaró ante la multitud.

Las elecciones presidenciales palestinas se desarrollaron ayer en un clima de normalidad en todos los territorios ocupados con excepción del sector ocupado de Jerusalén, donde reinó el caos debido en gran parte a que los nombres de los electores que acudían a votar no figuraban en las listas del censo que tenían los funcionarios.

Al cerrar las urnas un centro de investigaciones palestino informó que según una encuesta a pie de urna el candidato oficial de Fatah, Mahmud Abbas (Abu Mazen), habría obtenido el refrendo de una gran mayoría de votantes con el 70 por ciento de las papeletas frente al 20 por ciento del candidato independiente Mustafa Barguti.

En cuanto al caos de Jerusalén hay que atribuirlo, al menos en parte a la Comisión Electoral Central palestina, que fue la que redactó las listas y las distribuyó por las seis oficinas de correos que los israelíes habilitaron en la ciudad santa.

La CEC inició el registro de los votantes hace varias semanas pero sus empleados fueron detenidos por la policía israelí, que sólo les permitió retomar la tarea el 29 de diciembre. Los empleados elaboraron las listas contrarreloj y las repartieron a las seis oficinas sin comprobar si los nombres inscritos se correspondían con los habitantes de cada barrio. El resultado fue el caos.

A media tarde, el jefe de los observadores de Estados Unidos, Jimmy Carter, habló de este problema con las autoridades palestinas e israelíes y se acordó permitir a partir de esa hora que cualquier persona inscrita en las listas pudiera votar libremente en cualquier oficina de correos.

Israel sólo permitió que se inscribieran 5.637 palestinos de los 124.000 adultos que viven en Jerusalén. El resto tuvieron que atravesar controles militares y cruzar el muro para poder votar fuera de Jerusalén. La mayoría optaron por no buscarse problemas y se abstuvieron, en parte también a causa del miedo a las represalias israelíes. La afluencia de votantes fue creciendo conforme avanzaba el día. Por la mañana, la participación fue menor, lo que suscitó preocupación en el cuartel general de Abu Mazen, que temía que su rival, Mustafa Barguti, se beneficiara de un alto índice de abstención.

A media tarde la CEC decidió echar una mano a Abu Mazen y anunció que los colegios electorales permanecerían abiertos durante dos horas más, es decir hasta las nueve de la noche. Justificó esta decisión argumentando que los controles militares estaban dificultando el desplazamiento de numerosos votantes.

La preocupación de Abu Mazen, de 69 años, era mayor ya que por los territorios ocupados circularon durante todo el día rumores en el sentido de que Hamas había dado instrucciones a sus simpatizantes y militantes para que votaran a Barguti con el fin de que la victoria de Abu Mazen no fuera tan apabullante, unos rumores que no pudieron confirmarse.

Los analistas políticos indicaron que para poder llevar a cabo sus planes Abu Mazen necesita una amplia victoria que esté cimentada en por lo menos el 60 por ciento de los votantes. En caso contrario encontrará dificultades para conducir unas negociaciones de paz con Israel en las que se tienen que abordar cuestiones tan difíciles como el futuro de Jerusalén o el tema de los refugiados.

Abu Mazen acudió por la mañana al colegio electoral de la Muqata, en Ramala, acompañado de su familia. La Muqata se ha convertido en un símbolo después de que Yaser Arafat permaneciera sitiado allí durante tres años hasta poco antes su muerte el pasado 11 de noviembre. El incidente más grave se produjo cuando cinco hombres armados entraron en un colegio electoral de Ramala para protestar porque en las listas no figuraban algunos familiares.