AÑO 2005:ELECCIONES EN EL MUNDO ISLÁMICO

Desde Bagdad hasta El Cairo, desde Riad hasta la Franja de Gaza, la palabra "elecciones" será un mantra en Medio Oriente durante 2005. Las elecciones en el mundo árabe a menudo están ensombrecidas por la violencia y terminan con un abrumador apoyo a los líderes autocráticos.
Se votará en Irak, en Arabia Saudita y en Egipto, entre otros.

Los iraquies, los palestinos, los egipcios e incluso los sauditas irán a las urnas, algo que les podría ofrecer una nueva sensación de poder en una región controlada en su mayor parte por monarcas y dictadores, aun en sitios donde existen parlamentos.

Pero algunos dicen que esto no significa necesariamente un cambio político real.

"«Elecciones» es una palabra mágica, pero no existe magia si ésta no se traduce en acciones concretas", dijo el analista saudita Mai Yamani, del centro de estudios Royal Institute of International Affairs, en Londres. "No creo que tenga importancia alguna a menos que exista una genuina intención de reforma, de compartir el poder, de disminuir el poder de la clase gobernante, de poner fin a la corrupción", añadió.

Fahmi Howeidi, un pensador liberal islámico de Egipto, dijo que las elecciones del domingo en los territorios palestinos son las únicas en las que hay verdaderos actores políticos y verdaderas posibilidades de cambio.

En cuanto a Irak, Egipto y Arabia Saudita, todo consiste simplemente en "pintar la casa", indicó. "Los resultados ya se conocen. No habrá cambios fundamentales. Se trata de una telenovela, una respuesta a las presiones de Estados Unidos, y no del resultado de las demandas populares o de una vigorosa acción política. No existe lucha política."

Tras haber derrocado a Saddam Hussein, en 2003, Estados Unidos prometió que Irak se convertiría en un modelo de democracia en Medio Oriente, y presionó a regímenes de la región para que cedieran a algunas demandas locales de cambio. Según Washington, las reformas impedirán que las sociedades musulmanas y árabes alienten el fundamentalismo islámico.

Pero muchos se preguntan si las elecciones celebradas bajo ocupación -como en Irak, en la Franja de Gaza y en Cisjordania- o bajo presión extranjera -como en Arabia Saudita-, pueden realmente provocar cambios en la región.

Los iraquíes votarán el 30 de enero, en los primeros comicios relativamente libres desde el derrocamiento de la monarquía, en 1958, a fin de elegir una Asamblea Legislativa que redactará una nueva Carta Magna.

La violencia en varias zonas del país podría dificultar la votación y arrojar sombras sobre la legitimidad de los resultados.

"Su voto vale oro", dice un anuncio en una calle de Bagdad. "Su voto es el futuro", alienta otro. Avisos de televisión muestran a iraquíes diciendo: "Estoy listo para votar", y explicando cómo es el proceso de registro de los electores, toda una novedad para los televidentes árabes.

Por su parte, los palestinos elegirán al sucesor del fallecido Yasser Arafat, que controló la política palestina durante más de 40 años.

Y en Riad, Arabia Saudita, carteles informan a los ciudadanos sobre las primeras elecciones nacionales del reino, en las que se elegirán concejos municipales. "Participe en la toma de decisiones. Su voz no será escuchada a menos que se registre", dicen los avisos.

Los comicios, que se realizarán en tres etapas desde el 10 de febrero, serán las primeras elecciones municipales celebradas desde la década del sesenta, cuando hubo una votación en algunas ciudades sauditas.

Aun así, no todos los miembros de los concejos municipales serán elegidos por los votantes. Algunos serán designados por las autoridades. Además, las mujeres no podrán votar ni presentarse como candidatas. Y, en definitiva, Arabia Saudita seguirá siendo una monarquía absoluta.

Sin embargo, las autoridades promueven estas elecciones como un primer paso. A los hombres sauditas se los exhorta a ir a votar como una demostración de su patriotismo. Para inscribirse en los registros electorales, deben presentarse en la vestimenta tradicional: la túnica blanca y el pañuelo a cuadros en la cabeza.

Pero Yamani, el analista saudita, advirtió que la inscripción electoral ha sido lenta y señaló que los ciudadanos del reino tienen pocas esperanzas de que se produzcan cambios gracias a las elecciones.

En Egipto, el país árabe más poblado, el presidente Hosni Mubarak buscará un quinto mandato de seis años y a fines de este año también se celebrarán elecciones parlamentarias. Los egipcios votan por sí o por no a un candidato único presentado por el Parlamento, que desde hace tiempo ha estado controlado por el partido de Mubarak.

Además, los votantes elegirán legisladores en el Líbano y Yemen, y presidente en Yemen e Irán.

Las elecciones en el mundo árabe a menudo están ensombrecidas por la violencia y terminan con un abrumador apoyo a los líderes autocráticos. Mubarak ganó su cuarto mandato en 1999 con cerca del 94% de los votos y el presidente sirio, Bashar al Assad, logró el 97% en 2000. Saddam Hussein, por su parte, obtuvo el 100% en el último referéndum, celebrado antes de su derrocamiento.

Por Sarah El Deeb