<%@LANGUAGE="JAVASCRIPT" CODEPAGE="CP_ACP"%> An-Nisa entrevista Saleh

Saleh Simón Pérez, murciano de 49 años, es licenciado en lenguas semíticas por la universidad Complutense de Madrid, se doctoro en Árabe en la Universidad King Saud de Riad, y ahora dirige una tetería en Granada, en el histórico Bañuelo, en el Albaicín, frente a la Ahambra, que ha sido mencionada la primera de los Ten Top, guía para turistas exquisitos. Acepto Islam hace 17 años, y ha participado en todos los avatares de los musulmanes conversos españoles. .

 

An-Nisa: ¿Qué le ha aportado Islam, para enfrentarse a la vida cotidiana actual en España?

S.S: Después de estos años, he visto de todo. Ahora, que me puedo considerar un musulmán mayor de edad, mi religión se ha convertido en un modo de vivir. Se ha convertido en una ley interior que, me hace libre para aplicar unos criterios morales, con independencia de la moralidad imperante, y con absoluta libertad para responder de mis actos, sólo ante mi conciencia, o como decimos los musulmanes, sólo ante Allah, librándome de los prejuicios sociales, o de lo políticamente correcto. Mi trabajo, donde soy mi propio jefe, me ayuda a conservar y defender esta libertad, frente a otras servidumbres propias del que trabaja por cuenta ajena.

An-Nisa: ¿Qué nos puede contar sobre su experiencia en la Universidad de Riad?

S.S: Fue muy positivo tener la oportunidad de contactar con estudiantes musulmanes de los cinco continentes que, estudiaban con una beca, en Riad. Pero, por otra parte, el modelo de Islam que me trataban de transmitir, me pareció inaceptable, por ser impracticable en una sociedad como la española, con unos Derechos reconocidos al individuo, como son, la libertad de conciencia y de expresión. El Islam, que se estudiaba allí, pertenece a la secta Wahabi, y mucho me temo, que se puede calificar de fundamentalista, de forma, que puedo considerar mi estancia en Riad, como una vacuna contra la intolerancia y el extremismo religioso. Me curó de todo mal fundamentalista.

An-Nisa: A su vuelta, ¿Cómo encontró la comunidad de musulmanes españoles?
S.S: La comunidad de musulmanes españoles la forman individuos de muy diversa ideología y talante, donde se trataba, en aquella época de unificar alrededor de un líder común, alrededor de la firma de los prometidos Acuerdos de Cooperación con el Estado, que nos aseguraron desde el entonces Gobierno Socialista, que supondrían el reconocimiento del derecho a practicar nuestro Islam en igualdad de condiciones con los otros credos históricos, es decir, se nos prometió el oro y el moro, nunca mejor dicho. Entonces, nos implicamos, a fondo, un grupo numeroso de conversos españoles con muchísima ilusión y con la esperanza de poder construir un Islam español, tolerante y democrático, rescatando la herencia de nuestros antepasados andalusíes. Después de un esfuerzo inmenso, tanto el Gobierno Socialista de Felipe Gonzáles, como el Partido Popular de Aznar, nos engañaron. Los Acuerdos se firmaron en 1992, para hacerse la foto con el Rey, un florero en los actos conmemorativos del descubrimiento de América. Pero, después de doce años, no hemos conseguido, ni siquiera, nombrar profesores de religión. Por supuesto, estaban vacíos de contenido, y sólo han servido para quemar a los negociadores y separar más a la comunidad.

An-Nisa: ¿Que apuntaría como característica de la comunidad de musulmanes españoles que conoce?

S.S: La comunidad de musulmanes españoles es de una gran diversidad, dado que somos como el muestrario original de las distintas sensibilidades, las cuales, todas ellas, tienen su cabida en Islam. Los pocos musulmanes que aceptamos Islam, representamos, cada uno de nosotros, un arquetipo de las futuras posiciones y tendencias que se desarrollarán con el tiempo. Realmente, Islam no crea “Comunidades”, tal y como se entiende al uso. Es decir, Islam no crea grupos homogéneos, estructurados jerárquicamente, a partir de un líder o de un aparato. Cada individuo es su propio jefe y responde, sólo ante sí mismo y ante Allah, por eso, en Islam, se prohibió el clero, para no establecer un aparato uniformador entre el creyente y su Dios. Pero, esta característica, paradójicamente, hace más fuertes los sentimientos de pertenencia a ese conjunto de creyentes musulmanes, con los que coincides en el tiempo y en el espacio, que se llama Umma. He tenido la suerte de hacerme musulmán, cuando no existía aparato alguno, y eso, me ha permitido escapar de la hipocresía que corroe a las sociedades rígidas y cerradas, que he vivido en otros ámbitos musulmanas tradicionales. Quizá, porque, como comunidad, somos pocos y jóvenes, pues, en los grandes y viejos grupos, siempre se termina instaurando la hipocresía.

An-Nisa: ¿Cómo calificaría la influencia de los inmigrantes musulmanes en España?

S.S: Al principio, en la década de los ochenta, cuando acepte Islam, considerábamos, a los pocos musulmanes que nos encontrábamos en España, como verdaderos hermanos. Pronto, comprendí que ellos no aceptaban, ni entendían, nuestra forma de practicar Islam. Incluso, encontré mucho recelo y desconfianza acerca de la sinceridad de nuestro Islam. Este rechazo de los musulmanes tradicionales, llevó a muchos conversos a imitar las formas exteriores de ellos, vestido, alimentación, y costumbres, en general, para hacerse aceptar. A mí, siempre me ha parecido un error, que profundiza en la idea de mezclar religión con raza, y una expresión de ignorancia inaceptable. Ahora, con la llegada masiva de inmigrantes, siento que traen consigo un Islam, a veces, fundamentalista que, no acepta nuestra forma de Islam europeo que, se identifica con una sociedad democrática.

An-Nisa: ¿Qué papel pueden jugar en este conflicto los musulmanes españoles?

S.S: Islam esta concebido para que sea viable en todo lugar y en toda época, de forma que, los españoles conversos somos, en realidad, la forma que Islam tomará en el siglo que viene, en Europa. Por eso, siempre he pensado, que nuestro papel es hacer de puente, entre el Islam tradicional y las democracias modernas, es hacer de factor de renacimiento y renovación, de un Islam anquilosado en formas impuestas por el Califato Otomano y los colonialismos occidentales, que de alguna forma hemos de depurar.

Entrevista con Saleh Simón