ENTREVISTA CON EL CAPITAN ABU HASAN QUE HUYO DE FALLUYAH

EL corresponsal de Mafkarat al-Islam en Bagdad se encontró con el Capitán Abu Hasan en el área de Madinat ath-Thawrah, en la capital Iraquí, un hombre que tomó parte como oficial en la 'guardia nacional de Allawi' en la ofensiva norteamericana en al-Fallujah. El Capitán Abu Hasan estuvo involucrado en los combates de hace unos días atrás como comandante de un destacamento que huyó de uno de los barrios norteños de la desafiante ciudad.

Mafkarat al-Islam: ¿Por qué huyó de al-Fallujah?

Abu Hasan: Pienso que ésa es una palabra muy dura. Pero mi retiro junto con mis camaradas de armas fue simplemente racionalidad. Cuando vi que el ejército más poderoso en la tierra estaba arrancando como los perros y vi a los hombres armados del pueblo de al-Fallujah y sus aliados disparándonos desde todas partes, nos dimos cuenta de lo que significa la Resistencia. Me pareció que mis camaradas en armas y yo mismo éramos como pequeñas moscas dando vueltas en la cabeza de un camello.

Cuando los norteamericanos escuchaban los gritos de los Mujahideen '¡Allahu akbar!' [¡Dios es más grande!] y 'Labbayk Allahumma, Labbayk!' [Estoy aquí, Oh Dios, Estoy aquí!] ellos se estremecían de miedo, incluso antes de que ellos les alcanzaran, a 300 mts de distancia. Déjeme decirle algo. A veces yo me regocijaba dentro de mí cuando veía a los Mujahideen matando y matando a muchos de ellos [a los norteamericanos], porque no hay nadie que prefiera a un norteamericano sobre un iraquí o un árabe musulmán.

Antes de que usted me pregunte por qué me ofrecí para la 'guardia nacional' permítame decirle que fue por la compensación monetaria. Tengo una familia grande. Pero ahora estoy arrepentido, después de haber visto lo que yo vi en al-Fallujah, porque los Mujahideen no están solos. Teníamos que luchar contra todo allí, desde los perros negros perdidos —supongo usted escuchó sobre ello— a los sonidos de las llamadas a la oración y los '¡Allahu akbar!' Por Dios, ésos son igual a miles de combatientes.

Hermano, ellos [los norteamericanos] no entienden el árabe. Ellos no conocen el significado de las palabras proferidas por los combatientes armados. Pero en cuanto ellos escuchan las palabras, sus cuerpos se agitan con el miedo y vienen a nosotros y nos preguntan lo que ellas quieren decir, nosotros les decimos, 'es el Corán,' o 'son las palabras de Mahoma, nuestro Profeta'. Y ellos regresan con, 'No, es algún tipo de magia. Ustedes los Arabes son famosos por su magia.'

Incluso cuando capturan a uno de los combatientes, tienen miedo de acercarse a él, aun cuando esté desarmado. Nos piden que seamos nosotros. Le cuento, yo nunca decía mis oraciones, pero ahora, después de sentir el miedo que esas palabras despertaron en mí y que todavía guardo en mis oídos, he empezado a orar. Y estoy arrepentido de luchar contra los Mujahideen, porque estoy convencido de que Dios me castigará por ello. Los infieles nos habían lavado el cerebro.

Mafkarat al-Islam: ¿Hay algo que le gustaría decirnos que los medios de comunicación no han informado pero que usted y sus camaradas en armas son testigos?

Abu Hasan: Hasta el último día, cuando salí, el ejército norteamericano estaba trayendo a sacerdotes y a otros clérigos cristianos e incluso judíos para dar sermones y tranquilidad para sus tropas, porque cinco norteamericanos usaron sus armas para suicidarse después que se volvieron locos o histéricos. Todas las noches yo los desafiaba, yo los desafiaría mil veces para recordar que todas las noches ellos encontrarían diez o quince de sus soldados muertos. Había una corresponsal norteamericana que intentó informar ese hecho, pero los oficiales de inteligencia norteamericanos la sacaron y no sé lo que pasó con ella.

Mafkarat al-Islam: Así que ellos están sufriendo grandes pérdidas. ¿No es así?

Abu Hasan: Sí. Ellos evacuan por término medio entre 150 y 220 soldados entre heridos o muertos todos los días y el 80 por ciento de ellos están muertos.

Mafkarat al-Islam: ¿Puede decirnos dónde estaba usted en al-Fallujah y con qué unidad?

Abu Hasan: Lo siento, no puedo. He puesto mi confianza en usted, no haga que me retire.

Mafkarat al-Islam: ¿Qué consejo le daría a sus camaradas en armas en al-Fallujah?

Abu Hasan: Salir de al-Fallujah, porque Dios está mirando lo que hacemos. Por Dios, todo el dinero que recibí en mi sueldo mensual de 'guardia nacional' fue a parar al doctor o a la nada. Empecé a tener muchos problemas físicos. ¿De dónde?, no lo sé. Todos mis niños están enfermos ahora. Pienso que es el castigo de Dios. Por Dios, si pensara que ellos me aceptarían como uno de ellos, iría y lucharía con esos Mujahideen armados pero soy Shi'i y ellos son Sunni, aunque pienso que ellos no me defraudarían.

El Capitán Abu Hasan estuvo involucrado en los combates de un destacamento que huyó de uno de los barrios norteños de la ciudad: "Me ofrecí con el ejécito ocupante por la compensación monetaria pero ahora estoy arrepentido de luchar contra la resistencia"