Suspenso a Arafat

Omar Ribelles

Demasiados años en el liderazgo. Demasiados años en el machito para nada. Demasiado gusto por el poder. Desde Septiembre negro Arafat, sentado en su poltrona, ha visto cómo los judíos le soplaban al Pueblo Palestino más de la mitad de Cisjordania, hectárea por hectárea, con toda su agua. Gaza. Como persona que va de líder con carisma tenía que haber aceptado su probada incapacidad y reconocido poco prestigio y retirarse, soltar el poder. El Pueblo Palestino sufre mucho debido a la incapacidad inaudita de sus líderes. Qué menos que denunciar día a día la evidencia de que todo el terrorismo es judío y sirve para justificar el cruel despojo que los judíos hacen al Pueblo Palestino de las vidas de sus personas, tierra y agua. La cara es el espejo del alma y Arafat tiene la cara del líder que calló los abominables crímenes que sufre todo el Pueblo Palestino. Un líder con un algo de nivel mínimo jamás deja a su Pueblo, años y años, demasiados años, tirando piedras contra tanques, helicópteros y francotiradores judíos. Las piedras no le hacen nada a los tanques, tan solo los enfurecen. Los dueños de los tanques provocan que les tiren piedras para cargarse de razón y así justificarle a la opinión mundial vomitona de bombas sobre población civil indefensa y sin armas. Sharon comenzó su campaña electoral pidiendo al pueblo judío que irrumpiera con él en la explanada de las mezquitas de Jerusalén para mear en ella. Efectivamente, 3000 judíos armados y protegidos por helicópteros acompañaron a Sharon y mearon, mearon, en la explanada de las mezquitas, el tercer lugar Haram del Islam. Una provocación de manual. Diseño puro. Y Arafat, a lo tonto, va y deja a los niños palestinos comenzar la segunda Intimada sin avisar de la provocación manifiesta del testaferro asesino de Sharon para dejar a cero a todo el Pueblo Palestino. Imperdonable. Suspenso. Arafat ha dejado a su Pueblo huérfano en una abominable situación con calidad de vida infrahumana. Piedras contra tanques. Decenas de miles de hombres con los codos y las rotulas rotas de por vida por los precisos disparos de los francotiradores del ejercito de Israel. Y los muertos. Humillaciones infinitas las que no puede contar el Pueblo Palestino. Los transformadores de luz rotos, las cañerías rotas, las casas molidas con sus habitantes dentro. Hay que preservar la vida del Pueblo, ante todo la vida. Un niño que tira piedras a un tanque no tiene futuro, siempre acaba mal porque los tanques tiran bombas. Ninguna inteligencia, siempre la misma política, desde aquellos ridículos “comandos” de chichinabo: pocas piedras contra muchos tanques subvencionados sin límite por USA. Ningún futuro, mucho sufrimiento para el Pueblo Palestino. Somos todos incapaces de comprender el terrible sufrimiento del Pueblo Palestino. Ninguno de los que me leéis desearíais haber tenido como líder a Arafat, el hombre que encajonó a su Pueblo en la estúpida política de la piedra contra el tanque. Así justificó, toda su vida, el falso furor de todos los Sharones que bramando apalean hasta la muerte al Pueblo Palestino. Suspenso de cero patatero.