Dejar a los peces sin agua

Omar Ribelles

Es una estrategia militar utilizada por los americanos en Vietnam y ahora en Iraq. En Vietnam los americanos mataron con esta estrategia de 4 a 7 millones de vietnamitas. En Iraq nadie se atreve a contar los muertos. Vietnam e Iraq están lejos de nuestras muy confortables casas en las que vivimos con luz, comida, agua y esos beneficios del Estado del bienestar que gozamos en contra de otros habitantes planetarios que ni los gozan ni los gozarán jamás. Fuera del circuito de noticias nadie menciona los por lo menos 6 millones de muertos por el hambre silenciosa en Afganistán. Estamos acumulando, todos, deudas de karma que inevitablemente pagaremos.

A los ejércitos invasores, el pueblo en armas, les hace todo lo que puede. Mala la hubieron los franceses en Roncesvalles. Napoleón y Hitler salieron muy mal de Rusia. En Bailen los garrocheros andaluces neutralizaron las lanzas de la caballería francesa. Siempre a las grandes invasiones se les opone con la guerra de guerrillas, nombre en español conocido en el mundo entero. Se dice, es aforismo antiguo reconocido como cierto, que el guerrillero vive entre su pueblo como el pez en el agua. Digo antiguo porque ahora, con la modernidad y el florecimiento de los medios de destrucción masiva en manos exclusivas de las grandes potencias, la idea fija de esos generales con sueldo de cinco estrellas es que se puede dejar a los peces sin agua. Saben que los peces sin agua se mueren enseguida boqueando. Muy simple, no piensan en otra cosa los generales que en dejar a los peces sin agua.

Lo que pasa es que el agua de los peces de este cuento es el pueblo, la gente, que vive y trabaja en campos y ciudades. Exactamente la población civil esa que está por ahí, esas mujeres, niños, ancianos y demás personas que no combaten. Entonces los generales de las grandes potencias, se ponen como energúmenos en la ardua tarea de dejar a los peces sin agua sin que se note. Muy difícil. Un algo así como si se arrasara San Sebastián (Donosita) hasta los cimientos para acabar con todos los militantes de ETA en San Sebastián (Donosita). Así hicieron en Vietnam, así están haciendo en Fallujah. Destruyen el pueblo, casas y personas, que es el agua en la que viven los peces. Sin escrúpulos.

Mucho dolor, decenas de miles de muertos, centenares de miles de muertos. Millones. Destrucción total, sufrimiento para la gente de color, hispanos incluidos. El Sur arrasado por el Norte. Karma.