Lapidación es anti Coran estricto

 

 

 

Omar Ribelles

 

 

Sostenella y no enmendalla  temo va a ser lo que ocurra en Nigeria con Safiya Hussaini en manos de un enterao, Bello Seyinnai, que va de Presidente de la Corte Superior de un sitio que se llama Gwadabawa. Es atroz lo de “los maestros de la Ley” cuando, descaraos, se ponen a mostrar al personal sus torvos encantos. Personalmente confieso que se me quedó para siempre en las entendederas la fenomenal agarrada permanente de Jesús hijo de María con los fariseos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos, hipócritas, raza de víboras, sepulcros blanqueados, que diezmáis el comino y el anís y olvidáis lo más importante de la Ley: Piedad y Misericordia”. En Nigeria, lo que passa es un clarísimo caso de falta de luces a todos los niveles humanos y divinos. Sádica barrabasada injustificada. Acto gratuito de clónico impresentable con gafas de concha muy obsoletas.

 

Un amiguete le vio en el telediario y me contó que el guapo de Bello Seyinnai es un cincuentón muy serio, rígido por fuera, inflexible por dentro, vestido de blanco con bastón apoyado en el adobe al estilo del Kalashinkov del Vil Laden, pinta de tío que no va a transigir, fanático encalomao en que la ley es la ley sin que capricho humano la pueda cambiar. Su victima inmediata es mujer sufrida, ajada, envejecida, aspecto de ser una desgraciada que ha pasado mucho en la vida. Su segunda victima es niña preciosa que se va a quedar huérfana de padre y madre. Muhammad, nuestro enviado, también quedó huérfano de padre y madre. El Coran insiste mucho en la protección debida a los huérfanos. El musulmán y cualquier bien nacido es siempre consciente de todo lo que concierne a los huérfanos. Este negro con gafas no se quiere enterar. Ojo, aquí hay cruel gato garduño.

 

Cuando el gordo culón del imam de Fuengirola razonó y saco a plaza su inmortal varita para pegar a mujeres y hacerles, sin dejar marca, más daño moral y psíquico que físico, tuve que espetarle que semejante barbaridad no pudo ser diseñada por Allâh cuando antes de esta eternidad diseñó la Revelación contenida en el Coran. Me puse borde a la española y deje claro que ni siquiera siete mil sabios, egipcios o no, con gorro de colores y los dodotis de adulto bien puestos podrían convencerme de que Allâh permite en el Coran a tío pegar a mujer. Posteriormente la Academia Ibérica de Jurisprudencia Islámica, descubrió que ni siquiera entienden árabe coránico estos imames a sueldo de potencia extranjera y ni saben lo de las muchas y diferentes acepciones que puede tener una palabra. Unos impresentables pringosos que adoptan incorrectamente la acepción más misógina: pegar. Lo de Nigeria es igual o peor y hay que decirlo muy clarito, negro sobre blanco, para pisarle el morro al sindicato mundial de sabios a la violeta. De siete mil sabios con dodotis de adulto paso a setenta mil sabios con dodotis de adulto ya sin recambio, tantos son, y les digo como musulmán que anda por el monte solo, a todos ellos, uno a uno y en cuadrilla, en claro cervantino: La lapidación no existe en el Coran, luego la lapidación no es islámica. Aplicar la lapidación no es de musulmanes sino de sádicos misóginos de mala calaña. La esencia del Coran es Rahmani Rahim: Misericordia, toda la Misericordia. Donde no se ve el soplo del Rahman no vale el Hadiz porque entonces es tan solo la compilación de un tirano que paga a un idiota escriba y/o fariseo. Los Hadices que hablan de lapidación son falsos de raíz y van contra el Coran, contra el Islam y contra los derechos humanos. Nadie, blanco, negro o turbio puede contradecir lo que digo sin dejar claro el sujeto que es. A todos nos gustaría leer su razonamiento.

 

Puedo decir esto en Europa, España, abrigado en la Constitución de 1978. En muchos de los países islámicos, celosos de su ignorancia global, desde la nada, me enviarían a cuidar malvas. Es tan evidente, que subleva ver el desaguisado que va a cometer el perverso de Bello Seyinnai en Nigeria con una pobre mujer. Cojan señores lectores el Coran en sus manos, lean entero el Surat Al nur (numero 24) y sepan que fue uno de los cuatro últimos en ser revelado. No queda espacio para la lapidación. De la misma forma que el Coran no pasa de poner un pañuelo en el pelo de las mujeres musulmanas y hay países islámicos que le rompen la cara a la mujer que no se la tapa, el Coran no menciona la lapidación, ni masculina ni femenina, y unos canallas a lomos de misoginia rampante la justifican en base a burdo razonamiento jurídico erróneo basado, encima, en premisas falsas y en ir directo sin pudor alguno contra las palabras expresas del Coran.

 

Es tan evidente que no le voy a dar más vueltas a este enojoso asunto. Se me abren las carnes en mi impotencia para impedir la lapidación de Safiya. Me horroriza ser consciente de que las gentes de la hierba mala van a seguir y no se pueda detener cualquier otra lapidación. Seria interesante saber qué Universidad o Bestia le ha enseñado a Bello Seyinnai, ese cincuentón misógino ciudadano en Nigeria. Con fundamento puedo decir y digo que no me extrañaría que tuviera la misma escuela que el imam de Fuengirola, ese que acompañado de otro que no identifica se declara único autorizado para interpretar el Corán en España. Nos gustaría leer, negro sobre blanco, los razonamientos del paniaguado de Fuengirola al respecto de lo de la lapidación. Venga, mójate sabio egipciano, atrévete a sacar tus argumentos delirantes, el pueblo de la tierra esta atento a lo que digas. Ándale tío con tus palabrejas.