El Yak 42 de Trillo

 

 

 

 

Omar Ribelles

 

 

            Fue seguramente en abril de 1999 cuando en una rotonda de la circunvalación de Toledo, gracias a Dios, el bueno del señor Trillo no se nos mató a la vuelta de la fiesta de moros y cristianos de Alcoy. Antes de cumplirse los dos días de la experiencia vivida, va y Trillo deslinda quienes son buenos y malos y le aclara en la COPE a Luis Herrero, lo oí, que en Alcoy él está con los cristianos y no con los moros y la prueba de ello es que está vivo tras el grave accidente sufrido.

 

            Me sentó muy mal su declaración y le escribí carta que no me contestó. Le decía entre otras: ¡Ah!, señor Trillo, señor Trillo, la cabra tiende al monte y usted a lo de Santiago Matamoros. Sepa que los musulmanes nos alegramos del feliz final de tan terrible accidente de circulación y que, entre asustados y asombrados, vemos tras sus palabras todo el primitivismo que su alma encierra en relación con el Creador. Debería esforzarse un poco, quitarle las barbas a la imagen de Dios que vio usted de pequeño en la iglesia de su pueblo, darse cuenta de las casi 200.000.000.000 de galaxias creadas que existen en el Universo y tratar de comprender, por imposible que le parezca, que fuera de la Iglesia Católica Apostólica Romana existe salvación.

 

            Pasa, es cierto, que Trillo desfila con los cristianos en Alcoy y yo lo hago con los moros. Los moros y los cristianos de Alcoy somos muy antagonistas y nos miramos de reojo de toda la vida. No nos parecemos en nada. Yo siempre busco lo mejor para mi gente y Trillo tuvo las agallas de meter en el Yak 42 ucraniano, pagado increíblemente a la friolera de 7.500 Euros la hora de vuelo, a los militares españoles destacados en Afganistán. Yo, que entiendo de comparativos en números, en religiones y en aviones, me quedé a cuadros cuando leí en el diario El País que la oferta rechazada de la compañía española Air Europa era de 8.300 Euros la hora. ¡Imposible!. En la Ukrania que tan mal cuida a algo tan importante como son sus mujeres, las pobres trabajando en todos los burdeles del mundo, no puede ser que tengan bien cuidados a sus aviones. ¡Totalmente imposible! Eso, de entrada, por cultureta, lo sabemos todos. Y luego la pasta, lo de siempre. El precio real de los aviones basura ucranianos, el precio que puede sacar a los ucranianos cualquier hambriento jefecillo de compras de la más endeudada empresa está muy por debajo de la mitad de lo que cobra cualquier compañía española. Eso también lo sabemos todos. Vamos, que por la pasta deja sin vida a 62 militares españoles, sus huérfanos, sus viudas, sus padres, sus amigos, sus compañeros y los españoles que respetamos a los que cumplen con su deber. Cuatro mil y pico de Euros por muchas horas de vuelo por un montón de vuelos basura contratados a los campeones mundiales de accidentes de aviación. Sus Señorías en Las Cortes debieran sacarle los colores a este fementido canalla del señor Trillo. También a su señorito de entonces, ese que pedía dejar en paz a los muertos que, al alimón con Trillo, puso en ese avión de mierda pagado casi como si fuera excelente avión de Air Europa pilotado por sereno capitán piloto español y no por piojoso piloto ucraniano a tope de café con anfetas y con la cosa de tener a su chica de puta por ahí.

 

            Y claro, lo de siempre, echar tierra al asunto del Yak 42 y pasar página. Alguna razón tiene que haber para que los médicos turcos identificaran sin ningún error a 32 de los militares españoles fallecidos en el accidente y los médicos españoles destacados en la Trapisonda cervantina, con dos generales enmedallaos al frente, no identificaran correctamente a uno solo de los 30 militares españoles fallecidos que tenían que identificar. 32 a cero es resultado increíble en cualquier actividad humana. Se puede comprender sin embargo, los dos generales que firmaron la vileza de no entregar a sus deudos los restos de sus muertos iban con órdenes de Trillo de ir aprisita y cumplieron órdenes al estilo de los nazis aquellos de los campos de concentración, en 200 minutos la pandilla de sinvergüenzas con el uniforme del Ejército español tocada, tenían llenos los treinta ataúdes a boleo. Burlaron a las familias de los muertos, por eso, como hijo de militar honrado, les insulto. Hizo bien Bono en descrestar con tanta gracia a aquel fementido mando militar.  

 

            A mi me da que el trapisondista de Trillo bebe a escondidas para olvidar lo que le dijo en la COPE a Luis Herrero. Si Dios le salvó en la rotonda de Toledo por ser cristiano bueno y no moro malo, ¿qué le pasó con lo del Yak 42 en Trapisonda?