El avión fantasma que no se estrelló en el Pentágono

 

 

 

 

 

 

Omar Ribelles

 

 

A los que no son musulmanes, no les entra por las entendederas el hecho, tan sencillo como cierto, de que los musulmanes puedan pasar tranquilamente la vida en la Tierra sin que se les acabe el contenido de las palabras de la Sahada. Les pasa que se tienen que entretener con las complejas doctrinas de sus teologías, la televisión, el Prozaq y lo que ellos llaman el terrorismo islámico.

 

Nos pasa a los musulmanes que no podemos aceptarles el Sanbenito ese del terrorismo islámico que nos quieren colgar a toda costa con los medios de su propaganda masiva y todopoderosa, sobretodo para idiotas. Es mentira de hondo calado eso de los terroristas islámicos suicidas tipo Tom Clamcy pero con caras de hartos de pan, que se ligan en las discotecas a las chicas más roqueras, van siempre puestos hasta arriba de vodka con naranja y se dejan como firma, al lado de sus canallescos terrorismos, libros y/o cintas del Corán. Hay mucha mentira muy repetida en esa mentira que nos quieren clavar a los musulmanes. No está bien.

 

Una de las más gordas es la del avión del Pentágono. Ningún avión de pasajeros se estrelló jamás en el Pentágono aquel 911. Es así, pero cuando se lo dices a los tele adictos y les pides, al menos, una foto con restos o rastro lógico del avión, les entra la risa tonta y te miran como si estuvieras loco. Como todos los fanáticos mal intencionados se ponen hasta groseros y te repiten compulsivamente la mentira que repiten sus medios de comunicación, pero no te sacan la foto donde no se ve al avión que no se estrelló, ni su caja negra. De nada vale que les informes oficialmente de que el pretendido piloto suicida del pretendido avión que no se estrelló en el Pentágono no podía pilotar, siquiera, avionetillas de aeroclub de pueblo. Si te vas al hecho de decirles que de siempre se sabe que el Pentágono es, con mucho, el edificio mejor defendido del mundo y que sus radares ATC están al loro de todo a 500 Km. alrededor, les da el berrinche. Cuando te vas a las matemáticas militares y les precisas que una hora después de lo de la primera torre, y, cuarenta minutos después de lo de la segunda torre es cuando un avión le pegó al Pentágono, te cuentan, no calculan, que el personal de vuelo, sus generales con sueldo, Bush, la Condolezza y su cara blindada, estaban mirando, todos, con los amiguetes, la CNN en sus puestos de combate. Es inaudito que aduzcan que no funcionara para nada la defensa aérea americana, porque es hecho incontestable que los terroristas planificaron mucho tempo en sus ataques, autenticas romerías aéreas, sabiendo que nada les interceptaría. Está claro que el mando diseñador del terrorismo sabia que la sofisticadísima defensa aérea americana no daría palo al agua. Son ellos mismos. Sin más. Nos la quieren clavar.

 

Siempre nos queda Internet. Y funciona. Hay unas páginas, miles, que te sacan fotos innegables de lo del inexistente avión del Pentágono y otros sustanciosos razonamientos con foto. Lo ves, y, sin comentarios, se puede afirmar entre otras perplejidades y maldades que ningún avión se estrelló en el Pentágono. Mirar, entre esos miles, estas páginas, la satisfacción será vuestra:

 

http://home.debitel.net/user/andreas.bunkahle/defaulte.htm

http://rense.com

http://globalresearch.ca

http://StandDown.net

 

 

Digo todo esto no para asombrar y dejar de piedra a los que tienen ojos para ver.  Digo todo esto para afirmar que hay cruel terrorismo, sí, pero que no es islámico. La falta de avión en el Pentágono pone los pelos de punta a cualquier ser humano con algo de compasión. La desinformación institucional pone de malos crueles a los musulmanes y falta a la verdad. Son ellos, no somos nosotros. A nosotros los musulmanes ni se nos ocurre el perverso novelón ensangrentado que nos quieren imputar. Se lo tenemos que decir. Juegan sucio. No han puesto ni avión en el Pentágono. Están auto justificándose otro genocidio.