• Actualidad
  • Mentiras
  • Biblioteca
  • Sufismo
  • La Madrasa
  • Contacto
 

UN AMAR SOLAMENTE SER AMADO

Para los que dicen desconocer a Allâh, Rumi nos recuerda que el amor es el astrolabio de Sus misterios. Tal es la unidad existente entre Allâh y el amor que el nombre de Misericorde subyace al resto de Sus nombres. Por eso, cuando Ibn 'Arabi habla del amor se refiere también al amor preexistente, al amor divino que se hace a sí mismo, la condición indispensable de toda existencia o la sustancia misma del ser. No sólo Allâh es amor -como dice el adagio evangélico-, sino que cada uno de nosotros es amor en su más profundo centro. El amor es el genuino corazón y la raíz del ser. Amar equivale a vivir. Quien no ama está muerto. Todo perece salvo el amor. El amor es Su rostro.

Dice un célebre hadith: "Yo era un tesoro escondido y amé ser conocido. Por eso hice la Creación, para poder ser conocido y adorado". Así, el amor precede al ser y a la conciencia de ser. Él era -es y será- un tesoro escondido. Sólo por amor al Amor, por compasión hacia la Compasión, el Absoluto, el tesoro ignoto, se diviniza, se convierte en suspiro y nostalgia, nostalgia primera de todo cuanto anhela existir y nostalgia postrera de todo cuanto quiere retornar a la Fuente de su existencia. Sólo por amor, el amor se olvida de sí asumiendo todos los rostros. Sólo Él es capaz de desconocerse porque ama la aventura del reconocimiento. Su poder es tan grande que es capaz de dividirse aparentemente para entablar un dialogo entre amantes, no porque necesite ser amado, sino por el mero disfrute del reconocimiento, para poner fin a la ignorancia de lo que realmente somos, "más cerca que nuestra propia vena yugular".

Él prefiere que conozcamos el amor a que lo conozcamos a Él porque sólo podemos conocerLo a través del amor. El amor es el modo de comunicación establecido entre Allâh y los seres humanos. Amor es el nombre de la Alianza. Sin amor no hay relación en ninguna esfera de la existencia.

Como también nos dice el más grande de todos los shaikhs, el amor no es patrimonio de ninguna religión. Otra cosa son los matices que asuma en cada sistema. Cada religión, al igual que cada relación y cada modalidad de comunicación, no es sino una expresión genuina y exclusiva del amor. Sin amor no hay Dios ni religión.

Para amar hay que ser Dios. Sólo Él ama verdaderamente. Por eso, el amor nos acerca a lo inalcanzable. Amor es el milagro que transforma al Uno en Dos y a Dos en Uno solo. Tal vez el amor no es tanto la unión de amante y amado, como la unión de amor y amado. El amor universal no ama a nadie en concreto, pero el amor genuino ama uno a uno. Es amor entre únicos.

La sabiduría me dice que no soy nada, que todo es un sueño, una ilusión perecedera, una burbuja evanescente. La sabiduría nos dice que todo es vanidad o, como dirían los budistas, que todo es vacuidad, que el yo y el resto de la realidad está vacía de existencia inherente. La sabiduría me dice también que Allâh no puede ser asociado a nada, que está más allá de toda comparación, que es inasequible, inefable, completamente trascendente.. Sin embargo, el amor afirma que lo soy todo o, más brevemente, que soy. Y no sólo eso, sino que Él, el eternamente Otro, está más cerca de mí que mi propia vena yugular y que no tengo otro modo de conocerme a mí mismo sino a través de Él, aunque sólo puedo conocerLo a Él a través de Él. No olvidemos aquel otro célebre hadith: "Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor". El amor me dice que, si bien Allâh está más allá de toda posible comparación, está más cerca de mí que mi propia vena yugular. El amor me dice que si bien todos los universos no bastan para contener a Allâh, se refleja perfectamente en el espejo del corazón de sus devotos. tasbih

La sabiduría (el tanzih) niega, mientras que el amor afirma. Por lo tanto, habrá que acostumbrarse a la perspectiva de serlo todo y nada, de ser y de no ser al mismo tiempo, de amar yendo más allá del amor. Somos la nada que es por amor, viene a decir sintéticamente Ibn 'Arabi. Y, como sigue diciendo el genial murciano, la actitud correcta del ser humano frente al Absoluto nace de una adecuada combinación de amor y sabiduría.

Por su parte, no está de más sacar a colación el siguiente poema de Al-Hallaj:

Amar es permanecer frente al Amado

despojado de todos tus atributos.

Entonces, Sus atributos serán los tuyos.

Entre Tú y yo sólo hay un yo.

Desnúdame de mí para que sólo quedes Tú.

A lo que el incomparable Rumi añade:

Amor es la llama que al arder lo consume todo excepto al Amado. Alabado seas, gran quemador de ídolos que sólo dejas a Dios.

Dios parece imposible. Por eso, el amor hace posible lo imposible. El mismo amor también puede ser un imposible y, en consecuencia, tiene que crearse a sí mismo. Por ejemplo, que yo ame a otro también es imposible puesto que soy un egoísta y, sin embargo, amo. El universo, la vida, la inteligencia, son improbables pero, no obstante, ven la luz gracias al amor. La supervivencia después de la muerte también puede ser imposible, pero el amor trasciende a la muerte porque es lo contrario de la muerte (a-mors, es decir, no-muerte). Sé de un budista al que se le apareció Allâh. Era imposible que Allâh se le apareciese a un budista y, sin embargo, ocurrió. A partir de ese momento, dejó de creer en lo imposible porque lo imposible se hizo posible y pudo verlo; otra cosa imposible porque el Amor, Allâh, es invisible y, sin embargo, mucho más real, más verdadero que lo visible, lo cual a todas luces también es imposible. Posible e imposible son dos polos de una misma dualidad. Pero Allâh está más allá de toda dualidad porque acoge a todos los contrarios. Es coincidencia oppositorum.

Es imposible explicar el amor a quien no está enamorado porque el amor es inexplicable, tan imposible como describir el color verde a un ciego de nacimiento o cómo tratar de definir qué es el sabor dulce... Se saborea o no. Amor se muestra y demuestra por sí mismo. Pero es Él quien elige a sus amigos y, por eso, ama quien ama.

Siervo del Misericorde

www.an-nisa.es 2010