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Dos poemas de Yalal-ul-Din Rumi

Primer Poema

Ser humano es ser una posada.
Todas las mañanas llega alguien nuevo.
Una alegría, una depresión, una mezquindad,
Despertamos momentáneamente a algo nuevo como acogemos a un visitante inesperado.
Recíbelos y atiéndelos a todos, aunque sea un montón de penas que barren violentamente tu casa y la vacían de muebles.
Aún así, trata a cada huésped de manera honrosa.
Tal vez te esté preparando para algún nuevo deleite.
El pensamiento sombrío, la vergüenza, la malicia ve a recibirlos a la puerta, con una sonrisa e invítalos a entrar.
Agradece a quienquiera que llegue porque todos han sido enviados como guías del más allá.

 

Segundo Poema

Todos nosotros hemos sido parte de Adam, hemos oído las melodías del Paraíso.

Aunque el agua y la arcilla (de nuestros cuerpos) hayan hecho caer sobre nosotros la duda, algo de esas melodías nos vuelve a la memoria.

Pero mezclados como están en esta tierra de aflicción
¿Cómo esos sonidos agudos o graves podrían procurarnos la mismas delicias?

Es por ello que la "Sama'" es el alimento de los amantes de Dios,
pues contiene la imagen de la paz.

 

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